La depilación láser es un método efectivo para eliminar el vello existente de forma permanente.
Hay que entender que “permanente” no significa que el vello desaparecerá por completo de manera instantánea o que nunca volverá a crecer.
Sesión a sesión podemos ver como el pelo va disminuyendo su cantidad y grosor, siendo más visible este efecto en las primeras sesiones que es cuando el pelo tiene una mayor densidad y grosor, a medida que avanza el tratamiento y disminuye la densidad el efecto no es tan notorio, pero eso no significa que el proceso no sea adecuado, simplemente hay que tener en cuenta que cuanto menos pelos quedan en una zona, menos cantidad está en fase anágena.
En la mayoría de los casos, después de un tratamiento completo, se logra una reducción del vello de hasta el 80-90%, y el vello que pudiera reaparecer suele ser más fino y menos visible.
El resultado a largo plazo depende de varios factores, como el tipo de vello, el tipo de piel, las hormonas y la zona tratada. Hay que comprender que nuestra piel está viva y puede seguir produciendo vello, es por ello y para mantener los resultados, puede ser necesario realizar sesiones de mantenimiento anuales o semestrales dependiendo de cada persona y sus características.